viernes, 18 de febrero de 2011

Resumen sobre el artículo: ALGO QUE SIEMPRE ES "DEL ORDEN DE LA TENSION" (periódico Página12-Argentina-Psicología del Jueves, 27 de julio de 2006

El artículo expuesto por Sergio Rodríguez, nos señala que hay una diferencia entre goce y placer. Que existen goces muy diferentes.  Se refiere a una conferencia de Lacan y un fragmento de su trabajo "Psicoanalisis y medicina "pronunciada ante un auditorio de médicos y no psicoanalistas.
dice Lacan  que en el placer no se fuerza, es la menor excitación, que hace desaparecer la tensión, la distancia, la aleja del goce.  El goce en cambio es lo que experimenta el cuerpo en el orden de la tensión. Algo se fuerza, es un gasto donde algo se pierde, e incluso una hazaña. Goce en el nivel donde comienza a aparecer o experimentarse el dolor y se experimenta el cuerpo en toda su dimensión.  Se sale de la descripción de goce en  el cuerpo y pasa a lo simbólico-imaginario.  Lacan reconoce una causa que no es el deseo en la causa del goce. Si el deseo surge causado por pérdida de objeto, la causa del goce está en el significante. Lacan lo explica así: "¿Como saber dónde y con qué gozar si no disponemos del significante?".
Cada parte de nuestro cuerpo está nominada por algún significante, y esto nos permite saber que hacer para ejercer el goce y cuando finalizar el mismo. El gece es, basicamente gece fálico y, este al tener relación el significante, la tiene con le establecimiento de una realidad. El significante es lo que permite la relación entre la gente, una relación imaginaria que es util pero nos impide la posibilidad de ver y captar muchas cosas, de producir algo nuevo. Dice Lacan: No hay acceso al goce del otro. El gece es "de si mismo", goce del propio cuerpo.  Desarrolla el tema del goce del otro como fantasma neurótico. Ilusion neurótica de que mientras uno no goza, el otro si goza.  Y como del otro no se nada, como saber si goza o no. Como imponerle mi goce.  En la posición histérica, las mujeres gozan de su cuerpo como falo, o no van más allá del goce de su clitoris; es un obstáculo parecido al del hombre para gozar.  Pero por fuera de esa posicion es accesible a un goce que abarca todo su cuerpo. Es lo que llama Lacan el goce femenino, el que no es limitado por el significante y tampoco expresable en palabras. Este es más posible de acceder a las mujeres que a los hombres. El hombre al limitar el goce al pene puede obstaculizar el goce del resto del cuerpo, lo que le impide acceder al goce femenino.

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