lunes, 21 de febrero de 2011

Resumen sobre el artículo: Sobre la Psicología del colegial (1914) S. Freud. Amorrortu, Tomo XIII

Tenemos el sentimiento de obediencia que teníamos en tiempos pasados. como si aquellas ordenes que nos dieron ayer resurgieran y nos movieran hoy cuando ya estamos viejos.  tenemos la sensación depronto de sentirnos jóvenes cuando nos encontramos con un viejo profesor de la escuela que nos parece muy conservado, y saludamos  con reverencia por la autoridad que nos representó. Nos parece imposible que fueran tan poco mayores que nosotros. Sentimos que regresan esos años de los 10 a los 18, una época ya pasada de luchas y sueños por aportar en el mundo un nuevo conocimiento.

Como picoanalista debo interesarme más por los procesos afectivos que por los intelectuales, por la vida anímica del inconsciente que por la conciente. El encuentro con mi antiguo profesor me hace pensar que era más importante que los conocimientos que nos ilustraban, la personalidad de ellos.  Ese conocimiento pasaba por su personalidad, nos inspiraban agresión, sumisión, amor y admiración. El psicoanálisis llama "ambivalente" a esta conducta opuesta.  Las actitudes hacia otras personas se establecieron en edad temprana. El tipo y tono afectivo de sus vínculos con personas del ambos sexos se toma de modelos de sus padres, hermanos y cuidadores. Todas las demás personas serán  para él, sustitutos de esos primeros objetos sentimentales que desarrolla y pasa a otros objetos, pero no puede ya cancelarlos. Serán los imaginarios del padre, de la madre y hermanos, etc. Así toda persona posterior recibe una especie de herencia de sentimientos. Toda elección de amistades y amores se produce sobre la base de huellas mnémicas de los primeros vinculos. La imago olvidada que más influye para el varón maduro es la del padre, cuya prioridad orgánica, ocasionó una relación ambivalente de amor y odio hacia él. Sentimiento que encontramos en el mito griego del rey Edipo. Admira al padre como un Dios todo poderoso en la primera infancia. Luego es un obstáculo en su vida pulsional, al cual quiere eliminar para ocupar su lugar. Y coexisten la moción tierna y la hostil, y puede ser por toda la vida,  sin que un sentimiento pueda anular al otro. Es lo que llamamos "AMBIVALENCIA DE SENTIMIENTOS".

Posteriormente en la segunda infancia, el varoncito sale a la calle y descubre que el padre no es más el  Dios que creía, aprende a criticarlo y le hace pagar caro tal desengaño con actitud de rebeldía y separación respecto del padre.

Es esta fase que se produce el encuentro con los profesores, que son sustitutos del padre. Por esto se nos aparecieron aun siendo tan jóvenes, como adultos. Transferíamos sobre ellos el respeto y agresividad de nuestros años infantiles hacia nuestro padre, nuestra ambivalencia adquirida en la familia.

Otras vivencias, igual de importantes se dieron con nuestros compañeros de estudio, ya que fueron sustitutos de nuestros hermanos y hermanas.

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